lunes, 28 de marzo de 2016

De Buitres y Camaleones: como se disfraza la entrega.


El sustento del oficialismo para el plan de pago a los fondos buitres esta basado en dos supuestos:

1. Se dice que el nuevo canje lo que hace es cambiar deuda vieja cara (al 13/14%) por deuda nueva (aprox 6%).
2. Si no se procede con la sanción de estas leyes, se debería realizar un ajuste salvaje.

Ambos son rebatibles y deben ser rebatidos.

Con respecto a lo primero, no es totalmente cierto: cualquiera sabe que frente a una deuda que genera un interés  del 13 o 14% es más conveniente cambiar de acreedor, cancelar la deuda y seguir teniendo la deuda a un interés más bajo. Lo que no se tiene en cuenta es que el origen está dado en un fallo extorsivo del Juez Griesa, que estableció esos intereses del 14% como punitorios. 


Frente al arreglo del 93% de los acreedores y con tasas razonables y una quita aceptada por ese universo, se presiona con este argumento. A instancias de la República Argentina y por mandato de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner, se generó un consenso internacional contra la usura y las presiones de un grupo de inversores frente a las decisiones de un Estado Soberano. Desde las Naciones Unidas hasta la Confederación Parlamentaria de las Américas, el Parlatino, la CELAC, el Parlasur, etc., entendieron que la usura de los Fondos Buitres atenta a la soberanía de las Naciones.

Frente a un argumento exclusivamente financiero se opone un argumento económico, político y social. Cuando un gobierno establece como prioridad el argumento financiero, habla de sus intenciones. Lo mismo cuando establece como prioridades los argumentos económicos, políticos y sociales.

Con respecto al apriete "es esto o el ajuste y la hiperinflación" debemos establecer por qué se dice esto. Cuando asume el gobierno de Mauricio Macri, las primeras medidas fueron una transferencia de recursos de los sectores populares a los sectores poderosos económicamente, visible con la quita de retenciones al campo y la eliminación de subsidios de tarifas, el despido de empleados públicos, el cierre de programas sociales, la eliminación de moratorias previsionales etc. Si a esto le sumamos sus efectos financieros que son la menor entrada de dinero al Estado, la falta de regulación de mercado, la devaluación salvaje, la consecuencia lógica es que si el dinero no ingresa al Estado desde el mercado interno (recaudación impositiva) debe provenir del mercado externo de capitales especulativos. Entonces es falso el paradigma de "es esto o la nada" y atribuir el origen al Gobierno Nacional y Popular Kirchnerista. El origen lo provocaron en 100 días con medidas en contra del Pueblo para justificar más medidas en contra del Pueblo. 

Refresquemos: de una producción promedio anual de, por ejemplo, 950000 autos se estima una producción anual de la mitad. Esto para tomar solo un rubro. Significa menos trabajo, menos recaudación y más pobreza.

De una desocupación menor a los 7%, con la ola de despidos en los sectores público y privado se calcula una desocupación proyectada del 15%. Y esto es más que una variable económica fría: son el 15% de argentinos en condiciones de trabajar que no pueden hacerlo. Y si avanzamos hacia políticas de exclusión, esta gestión avanza y su muestra más clara es el anuncio de la eliminación de la moratoria previsional, lo que implica que miles de personas con posiblidad de jubilarse no lo puedan hacer, no puedan conseguir trabajo, cayendo directamente en el desamparo. No sólo no van a tener jubilación, quedan excluídos de la jubilación. Y por lo tanto del sistema.

Avancemos un poco más: con un 15% de desocupación se vuelve a una flexibilización laboral de facto: una gran cantidad de desocupados transfiere el poder a los dueños del capital en contra de los dueños del trabajo. Perón decía que cuando existe muy baja desocupación los salarios suben solos. Podemos asegurar entonces que con alta desocupación los salarios reales bajan. Y ese fue el anuncio del gobierno al pretender poner un tope del 25% a las paritarias cuando la inflación se estima en más de un 40%. Y aclaremos algo: la inflación de más de un 40% es responsabilidad exclusiva de la actual gestión pues al liberar al mercado la cotización de las divisas y no establecer un correcto control de precios, el traslado especulativo al mercado interno es inevitable.

Sumemos algo más: los combustibles incrementan los precios cuando el precio del barril de crudo esta en los niveles más bajos históricos. Un barril de petróleo tiene 42 galones, aproximadamente 159 litros. Al día de hoy el precio del barril es de 42 dólares mientras el precio del litro de nafta super es de 14,70 pesos (aproximadamente un dólar). 42 litros de nafta super pagan un barril. En el resto del mundo el combustible está bajando. De un barril de petróleo se extraen entre 40 y 50 litros de nafta. El resto se reparte en gasoil, asfalto, etc. La ganancia sigue siendo altísima para las petroleras. Aún así el actual Ministro de Energía, ex CEO de Shell, autoriza los aumentos. Más medidas antipopulares para justificar más ajustes para concentrar la riqueza de los argentinos en unos pocos y, de esa manera, transferir el poder del Pueblo a las corporaciones económicas.

La falacia de decir que la gestión de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner fue mala en términos económicos es repetida por los medios que contribuyeron a la derrota en las últimas elecciones. La realidad es que desde el 25 de mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2015 el Pueblo vivió épocas de estabilidad y pudo ascender social y económicamente. Basta ver los números y las superaciones año a año de recaudación, disminución de la pobreza, escolarización, actividad industrial. Igualmente falsa es la información que surgía de la entonces oposición, hoy oficialismo, acerca de los índices de inflación emitidos por ellos. Hoy, que tienen la responsabilidad de manejar el INDEC, los mismos que sacaban el Indice Congreso todos los meses con tres consultoras privadas no pueden determinarlo con la estructura del INDEC.
Recordemos también que durante la presidencia de Frondizi, se generó la primera deuda con el FMI, que en sus claúsulas secretas estaba despedir personal del Estado, achicar la economía llevando la desocupación al 15%, devaluar fuertemente, eliminar el control de precios, achicar el personal del Estado, etc. Lo mismo que hoy estamos augurando que es lo que desea llevar adelante el Gobierno y que, aunque se maquillen con frases como “Pobreza 0” y “vamos a crear más trabajo para los argentinos” llevan acciones que van a contramano. El divorcio entre el discurso y la práctica que siempre perjudico a los sectores populares.

Y también dejemos de lado el falso argumento del viento de cola: de nada sirve el viento de cola cuando no se sabe como poner las velas. Lo mismo le dijeron a Perón y el mismo Perón dio la misma respuesta que aquí estamos dando.


En conclusión, la aprobación de este pago bajo la amenaza de una hiperinflación o ajuste brutal es solamente una excusa para avanzar en un modelo de Estado con exclusión popular y con concentración de la riqueza y el poder en manos de quienes, a lo largo de la historia, han gobernado de espaldas a los intereses del Pueblo.